COMO APROVECHAR LA LUZ NATURAL
  1. Un subtítulo de sección

El ingreso de luz natural a una habitación está dado por su orientación geográfica (el punto cardinal al que mira), su entorno inmediato (por ejemplo, si hay un edificio enfrente o no) y el tipo de aberturas que se utilizaron para su construcción. Por ello, el esquema de luz natural en diseño de interiores es tema casi excluyente del constructor y, excepto por algunas pequeñas reformas de obra, no podemos modificar esta condición estructural. Sin embargo, contamos con una serie de recursos que nos permitirán manipular la luz natural existente en busca de un mejor aprovechamiento. La elección y distribución de los muebles, los colores, las superficies, las texturas o el tratamiento de las aberturas, son algunos de los recursos que servirán para aprovechar la luz natural. 

 La influencia de puertas y ventanas

Claro que el tamaño y la ubicación de las aberturas son la clave para un buen ingreso de luz natural, pero excepto que esté construyendo su vivienda, difícilmente pueda cambiar estos elementos estructurales. Sin embargo, una pequeña reforma (un cambio o agregado de aberturas) puede aportar muy buenos resultados.

Si la ventana está centrada al medio de la pared permite una luz de mayor intensidad y más uniforme. Si la ventana está descentrada, o sea más cerca de una pared que de otra, el efecto será el contrario.

Una habitación donde las ventanas están en los laterales de la pared, genera menor flujo de luz que si hubiera una sola al centro. (ver foto derecha)

Para un mejor paso de luz es importante prestar atención de no obstaculizar las aberturas. En el interior, evitar muebles y objetos que deduzcan el paso de luz; en el exterior, situar plantas, árboles o macetas fuera del campo visual.

Las ventanas altas ofrecen una luz menos intensa pero más uniforme. Cuanto más alta se coloque una ventana -por ejemplo cerca del techo- la iluminación se trasladará hacia el fondo de la habitación de manera más pareja. La luz alta es buena para habitaciones profundas en las que se necesite llevar una iluminación uniforme hasta el final de la habitación.

Un truco para cocinas o livings a los que no llega suficiente luz natural, es eliminar las puertas y construir una abertura entre ambos ambientes. Además de ampliar visualmente el espacio, estas aberturas permiten una mejor distribución de la luz por ambos espacios. Una cocina con poca luz, por ejemplo, inmediata a un comedor bien iluminado, puede integrarse con una barra de desayuno en lugar de la pared, que permita estar levemente separados pero compartiendo la claridad de un ambiente a otro. Un recurso ideal para ambientes chicos.

Las puertas corredizas son un recurso útil para separar ambientes sin obstaculizar el paso de la luz cuando no están cerradas; al dejar libre todo el vano de la puerta, proporcionan mayor acceso de luz.

Así como utilizamos las aberturas para potenciar el ingreso de luz natural, podría ocurrir que necesitemos limitar el flujo de luz. Tenga en cuenta que el caudal de luz puede controlarse fácilmente con persianas, postigones o cortinas. Los colores El color es uno de los principales aliados de la iluminación. Los colores claros absorben menos luz y entonces reflejan más luz en el ambiente; los colores oscuros absorben mayor cantidad de luz, reflejando menos luz en el ambiente.

Cada pared, el suelo y el techo refractan la luz de formas diferentes. Conocer esta información nos permitirá, por ejemplo, utilizar colores más claros en las zonas de mayor refracción si deseamos intensificar la luz o animarnos al color intenso en paredes donde la refracción no altera la luminosidad. El área de mayor refracción de luz es 1) las paredes laterales a la abertura. Le siguen 2) el techo, 3) la pared enfrentada a la abertura, 4) el suelo y 5) la pared donde está la abertura. Está última es la que menos luz refleja y, por lo tanto, la que puede pintarse de color intenso sin perder la luminosidad ambiente. En resumen, para aportar mayor luminosidad conviene pintar en tonos claros las paredes laterales a la abertura y el techo. 

Los colores blancos y amarillos son elecciones seguras para ganar luminosidad. Los colores suaves, claros o pasteles siempre aportan claridad y sensación de amplitud. Las molduras de techo y cornisas en colores claros, los techos blancos o pintados en un color más claro que el de las paredes, producen que el espacio se eleve visualmente.

Pintar las ventanas del mismo color que las paredes permite un mayor protagonismo al exterior, logrando un efecto de mayor luminosidad en las habitaciones. Superficies, texturas y materiales La luz refleja en las superficies y, como ocurre con el color, es absorbida o rechazada. Las superficies, texturas y materiales son capaces de permitir un mayor flujo de luz. Las superficies blancas y/o brillantes reflejan mejor la luz. Los suelos claros y brillantes, un sillón tapizado en tela blanca o un mueble en madera clara, permiten una mayor refracción de luz. Las maderas con poca mejoran la luminosidad.

El aluminio y el cristal son una importante ayuda en la refracción de la luz. Las plantas de interior de hoja pequeña en verde claro o los ramos de flores ayudan a la luminosidad. Los marcos de cuadros en colores suaves, los zócalos altos y en tonos claros o los espejos en lugares estratégicos, permite un recurso visual para ganar luminosidad. Telas y tapicerías para un mejor paso de la luz natural las cortinas deben ser preferentemente en telas claras, poco tupidas y con tramas abiertas, por ejemplo, la gasa, el lino y el organdí. Si lo que se quiere es disminuir el paso de luz desde el exterior, elija cortinas oscuras y pesadas. Las tapicerías, almohadones y fundas en blanco o colores claros multiplican la luz. Al elegir tapizados, tenga en cuenta que los tapizados con grandes estampados pueden oscurecer el ambiente. Los pisos oscuros tienden a refractar menos luz. Para evitarlo colocar una alfombra clara. La mejor opción son las telas naturales (algodón, lana) y las fibras vegetales. Los ribetes deben ser siempre finos y claros. La distribución de los muebles Planificar la distribución de los muebles dentro de una habitación permite influir en la forma en que la luz natural ingresa y se distribuye.

Los muebles más grandes deben situarse pegados a la pared, rodeando la habitación, para permitir que la luz llegue hacia todos los rincones. Evitar interponer un mueble en el camino que recorre la luz desde las aberturas hacia el interior. Evitar cualquier clase de repisa o mueble delante de ventanas. Las repisas o bibliotecas, principalmente las más grandes, pueden colocarse apoyadas a la pared y sin fondo, de modo que absorberán menos luz y harán más luminosa la estancia. Los mejores muebles son los bajos y de líneas simples. Además de ganar continuidad visual y crear sensación de espacio, permiten una mejor distribución de la luz. Un truco para bibliotecas, estanterías o muebles altos: evitar sobrecargar la parte alta del mueble o los últimos estantes.

LOS DETALLES HACEN LA DIFERENCIA