Decoración Zen
La decoración de estilo Zen tiene como base los tonos claros y los espacios ordenados, es armónica y algo minimalista, en el sentido de que prima la sencillez a través de la creación de estancias en las que existe equilibrio y se respira comodidad y relajación. Se debe favorecer la movilidad de las personas que habitan en este tipo de viviendas y para ello se crean lugares confortables, con muebles bajos y sin ornamentaciones.
El uso de los colores claros es la señal de identidad de este tipo de decoración. Blancos y beiges utilizados en paredes proporcionan sensación de confort y de amplitud de los espacios. Puedes combinarlos con otros tonos de la misma gama como marrones, y también incluir algunos toques de colores más vivos como verdes o rojos en pequeños detalles decorativos. El gris también será muy bienvenido.
Es importante cuidar la iluminación. Para ello puedes utilizar velas que darán una calidez extra a la estancia. El resto será una iluminación baja, suave, con luces indirectas que consigan crear un ambiente muy relajante, armónico e íntimo. Algunas ideas para tus elementos decorativos de estilo Zen: un cuadro con un marco de madera para alguna pared, jarrones de cristal con piedras, bambú, juncos o alguna planta verde, adornos con estética budista, cojines… Todo ello deberá estar bien escogido para que dé un toque especial a la estancia pero sin recargarla. Una manera para colocar estos objetos decorativos es a través del principio del yin y el yang, es decir, colocando elementos con características opuestas, como una vela blanca en un recipiente negro, unas piedras lisas sobre un tapete de mimbre… El orden es imprescindible en esta decoración. También hacer uso de muebles que faciliten el tránsito tanto visual como físico por la estancia. Para ello, deberás emplear aquellos que sean bajos, con líneas rectas y puras y en tonos naturales para que mantengan el equilibrio y la armonía Zen que quieres imprimir a tu hogar.