Mantas en el sofá
Una manta sobre el sofá, es uno de los accesorios básicos en la decoración de los meses fríos. Pero una manta mal colocada en el sofá, “dejada caer” o de forma descuidada, puede estropear el ambiente decorativo de cualquier salón. Una de las formas para colocar la manta auxiliar en un sofá mientras no la utilizamos, es en el centro de este. El buscado espacio que puede cubrir la manta cuando la colocamos en el medio, puede lograr ese aspecto de orden que necesitamos. Una variante de la anterior manera de colocar la manta en el sofá, puede ser colocarla en uno de los lados. Quizá en el lado más estropeado del sofá aprovechando para “esconderlo”, o quizá en el lado que menos usamos, siempre es un acierto dejar nuestra manta auxiliar del sofá, ordenada en un lado.
Otra variante es tratando de cubrir uno de los brazos del sofá con la manta. De esta manera, aunque hemos colocado la manta cuidadosamente, parecerá todo lo contrario. Es la idea perfecta para viviendas juveniles y con mobiliario más moderno. Esas mantas que se convierten en aliados contra el frío cuando descansamos en el sofá, pueden llegar a ser auténticas bombas que atentan en contra el orden y los salones bien cuidados. Por eso mismo, doblada, totalmente estirada, arrugada de forma curiosa o incluso utilizando dos mantas si compartimos el sofá, la forma en la que colocamos una manta en el espacio de descanso se ha de cuidar mientras no la utilizamos. Las mantas tienen que entrar por la vista. No sabemos a qué se debe esto, pero si nuestros ojos no detectan un cierto grado de material mullido, esa manta no tiene nada que hacer.
Las mantas de lana y ganchillo son, quizá, las más agradables a la vista y al tacto. Suelen ser mantas pesadas, de esas que te tiras por encima estando en el sofá y automáticamente te inducen a un reparador sueño. Además, lo mejor de esto es que, si somos un poco diestros con las agujas, podemos lanzarnos a la aventura y crear nuestras propias mantas de ganchillo para decorar el sofá. No olvidemos que las mantas son funcionales y nos protegen del frío, pero también añaden un plus decorativoindiscutible. Escoge, pues, el mejor de los colores o crea una manta multicolor para llenar con de alegría los días grises de invierno.
Las mantas de tela son una buena opción. Sí, las de lana o incluso las de pelo son más calentitas a la vista, pero existen un sinfín de materiales textiles que lograrán aportar también mucho calor a nuestro sofá. Además, las ventajas de este grupo de mantas las encontramos principalmente en la amplia variedad de estampados que hay en el mercado. Podemos escoger mantas neutras, con colores claros, que se adecuen a cualquier tipo de decoración o bien decantarnos por mantas llenas de flores, figuras geométricas y demás estampados psicodélicos. Nuestro sofá nunca más será el mismo sin mantas.