Su característica más distintiva es la fortaleza, por lo que es excelente para trabajar la talla. Su textura porosa es homogénea y tiene pocos definidos sus anillos. El tono habitual en que se da es el marrón rojizo o color canela. La caoba es muy resistente a la descomposición y cuando se contrae o se dilata mantiene su estructura. Roble. Es la madera más utilizada para hacer muebles refinados. Proviene de árboles que abundan en Europa y América del Norte y es muy dura, pesada y duradera. Hay dos tipos de roble, los tintos y los blancos. El más popular es el roble rojo, con un tono rosáceo. El blanco tiene una cierta tonalidad verdosa.

En general es una madera de grandes anillos y muy porosa, que puede teñirse de cualquier color fácilmente. Arce. Es esta una madera de colores brillantes, de dureza media, extraída de árboles que crecen en las regiones norteñas de América y en Canadá. Es muy resistente a los golpes, con poros y granos uniformes, lo que le da una textura fina. Se trata de una madera duradera que puede ser teñida de cualquier color. Con un buen terminado, llega a asemejarse a algunas otras maderas caras como el nogal. Pino. A diferencia de las anteriores, esta es una madera blanda que se da en diversas variedades en muchas regiones del planeta. Su textura nudosa le confiere calidez y hace que cada pieza sea singular. Por lo general, aparece en colores amarillos y con patrones de estrías muy amplios. Al ser tan ligero, es un excelente recurso para muebles de cuartos infantiles, casas en la playa, cabañas campestres. Ahora que conoces un poco más las características de las distintas maderas seguro podrás elegir los muebles que más se adapten a tu hogar.